viernes, 5 de junio de 2009

Moda / Tendencias

Esos artesanos europeos del lujo A dos días de las votaciones al Parlamento europeo, viajamos al origen del estilo y la excelencia del viejo continente

El Mundo (edicion impresa) (05 de Junio 2009)

No muy lejos del centro de Bruselas, se hallan los talleres de Delvaux, la firma de marroquinería más antigua del mundo -se fundó en 1829-, que este año se encuentra celebrando su 180 aniversario.

Otros países, como Francia, Italia, Reino Unido o España, han visto también cómo en su seno nacían y se desarrollaban grandes marcas: Hermès (1837), Loewe (1846), John Lobb (1849), Goyard (1853), Louis Vuitton (1854), S.T. Dupont (1872), Bulgari (1884), Trussardi (1911), Prada (1913), Gucci (1921) o Salvatore Ferragamo (1927).

Porque el lujo de las casas más artesanas surgió en Europa, así como su progresiva industrialización -término que parece contradictorio en un oficio en el que la mano del hombre es esencial- y se desarrolló por todo el mundo. «Se dice a menudo que es una invención de Francia, lo que explica la supremacía de este país, con un 50% de la fabricación mundial», señala Jacques Morabito, autor del libro Guide du luxe. Las que comenzaron siendo firmas especializadas en artículos de piel y viaje, son hoy, salvo excepciones,

empresas pertenecientes a grandes grupos internacionales.

e Moderno Vuitton. Uno de los diseñadores más mediáticos, el americano Marc Jacobs, es el creador del prêt-à-porter de Louis Vuitton y supervisor de todas las colecciones, tanto de moda como de accesorios. La visión de un norteamericano como Jacobs, enriquece una histórica firma europea, sinónimo de exclusividad y elegancia. Porque nadie olvida que su cuna es el continente europeo, y que Francia e Italia son los países donde nació la artesanía del lujo y la excelencia. Después subrayaríamos sin duda Reino Unido y España, este último especialista en marroquinería, con la firma emblemática Loewe.

e Legendario Hermès. El director artístico de esta firma francesa y miembro de la sexta generación de la familia, Pierre-Alexis Dumas, prefiere referirse a estos productos, a los de lujo, como raros y excepcionales, mientras que el flamante director artístico de Loewe, Stuart Vevers, está convencido de que lo que aportan estas firmas es «una inversión en calidad, tiempo y creatividad». Teniendo muy presente el actual momento, en su opinión, «la crisis es buena para ver el porvenir con mayor claridad. Creo que es positiva, porque va a provocar cambio de actitudes», explica.

e Ser exclusivo hoy. Si algo van a traer estos tiempos difíciles, es que muchas casas recuperarán su aura de exclusividad. «Nadie puede predecir el futuro. Lo que es seguro es que a los multimillonarios no les afecta la crisis en cuanto a consumidores, no así a los compradores de clase media alta o de lujo premium, que son hoy los más reticentes a la hora de adquirir este tipo de productos. Los grandes grupos franceses pueden amortiguarla en parte gracias a los países emergentes y a las nuevas potencias (China, Brasil…). La cuestión para las marcas estará -o no- en conquistar a una nueva generación de clientes jóvenes», señala a este diario Jean-Michel Bertrand, especialista en moda y lujo, así como profesor del Institut Français de la Mode, de la capital francesa. Además, «es posible que emerjan un cierto número de creadores, en la medida en que sepan adaptarse a una clientela más joven, deseosa de diferenciarse de sus padres», añade. Todo apunta a que la marca de lujo más antigua del mundo es la británica Asprey (1781), aunque no es la más conocida. Lo mismo ocurre con Delvaux. La también belga Véronique Branquinho acaba de ser nombrada su directora artística, la única mujer entre tanto caballero, con la idea de darla a conocer al mundo. Por ello, están pensando en elaborar parte de sus artículos de marroquinería en Andalucía.

En París, y desde 1954, existe un organismo, el Comité Colbert, que vela por un conjunto de 70 grandes casas galas que «representan un cuarto del lujo mundial, alrededor de dos veces el italiano», tal y como señalan desde la asociación, desde donde son conscientes de que este 2009 las ventas de sus miembros serán bastante inferiores a años anteriores de bonanza, aunque la calidad seguirá intacta.

Mientras, los museos proliferan. Vuitton cuenta con dos, en Asnières, a las afueras de la capital francesa; Hermès, sobre su tienda del Faubourg parisiense y que bautizó como Collection Émile Hermès; Ferragamo, en Florencia; Delvaux lo abrirá a finales de año junto a sus talleres, y Loewe quiere que el suyo, su museo, sea toda una realidad pronto, junto a su Escuela de formación de artesanos, y que seguirá el modelo seguramente de la de Bottega Veneta, creada ésta en colaboración con la Escuela de Artes y Oficios de Vicenza (Italia) y que forma a jóvenes de entre 18 y 25 años. Para perdurar nuestra artesanía de lujo. Como hizo Chanel, en 2002, adquiriendo un conjunto de pequeños talleres especializados en sombreros, plumas y bordados, que, de otro modo, sin la ayuda de un grande, se hubieran tenido que ver obligados a cerrar.

FIRMA:ABRAHAM DE AMÉZAGA

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